lunes, 1 de noviembre de 2010

She was, she is... from BC again (part II)

Para los estudiosos de la comunicación y en especifico de las redes sociales parece que en su compendio de conclusiones o leyes generales de estos sitios, ahora en boga, se añadiría el de PRIVACIDAD A DISPONIBILIDAD.

Sin ahondar en un tema inmenso llegué a la conclusión que en la ya segunda década del siglo XXI la cuestión de la vida personal es tan transparente o tan incognita como uno guste y mande, cada quien tendrá su razón para destaparse o aislarse.

Y fue por ese medio (las redes sociales) que por fin obtuve la explicación que nunca pedí pero en cierta forma necesitaba saber -lo admito, de repente soy metiche- y resulta que mientras estabamos muy pero muy cerca un suceso nos alejo a la distancia más lejana que haya existido en nuestro tiempo de "conocernos"

Linz, la bella oriunda de Victoria, mientras vivia el climax de su embarazo, el año pasado y en pleno Halloween termino la relación con su novio, con el que engendro a Mariah y la incognita sobre el por qué no podriamos conocernos, vernos y finiquitar el contacto virtual para hacerlo real tuvo su explicación con en el momento más abrumador que alguién puede vivir y sobretodo si hay alguién en tus entrañas y serás quién se encargue de sus cuidados absolutos.

De todas las razones que me hubieran pasado por la cabeza ninguna se acerco milimetricamente a lo sucedido. Si bien mis viajes a Canadá nunca fueron en su busqueda, la oportunidad más cercana para estar frente a frente con ella, paradojicamente, resultó la menos adecuada y debo confesarlo, en estos momentos me crea poca emoción y expectativa.

Su rostro irradia felicidad y posa tan orgullosa con su hija tal cuál artista con su mejor obra. Tal vez después del trago amargo ahora tiene el mejor motivo para embriagarse de ánimo.

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